Las galletas saladas Goldfish Pretzel son lo suficientemente divertidas para mantener felices a los niños y lo suficientemente crujientes como para satisfacer a los adultos en la misma medida.
Siempre se hornean y se elaboran sin sabores ni conservantes artificiales, por lo que siempre puede sentirse bien al disfrutarlos por su cuenta o comer bocadillos con familiares y amigos.